La semana de los muertos
Las celebraciones en conmemoración de los fieles difuntos es para mí la mejor época del año. Inclusive por primera vez en siete años el día de ayer no la pasé en una fiesta debido a un dolor de cabeza insoportable y a la enorme carga de trabajo. Indirectamente hablamos ayer a propósito de Rulfo sobre la muerte, tan presente en su obra y tan predominante en la cultura mexicana. Es por ello que a propósito de la temporada dedicaremos esta semana a revisar algunos textos sobre la muerte y su presencia por toda la cultura.
Este famoso poema que dejamos hoy, breve y conciso, pertenece a un poeta en el que la muerte rodea de manera intermitente a su obra y que marca su propia vida. Lorca se vuelve importante en muchos ámbitos por su profundidad expresiva y la belleza de su lenguaje, especialmente en países y comunidades cercanos al antiguo socialismo. Podemos escuchar incluso una adaptación de este poema en la catorceava sinfonía de Shostakovich, e incluso hay autores cubanos que han musicalizado este poema. La Malagueña es un poema corto que sintetiza la angustia debido al conflicto entre la vida y la muerte, donde esta última constantemente pasa y se lleva a la gente a nuestro alrededor antes de tomar nuestra propia vida.
Malagueña
entra y sale
de la taberna.
Pasan caballos negros
y gente siniestra
por los hondos caminos
de la guitarra.
Y hay un olor a sal
y a sangre de hembra,
en los nardos febriles
de la marina.
La muerte
entra y sale,
y sale y entra
la muerte
de la taberna.
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